El limón es un verdadero tesoro nutricional y muy beneficioso para la salud. Es un fruto curativo por excelencia, ya que aporta vitaminas, elimina toxinas y es un poderoso bactericida, por lo que la OMC recomienda su consumo regular.
La palabra "limón" viene del término árabe "laymun".
Se cree que el limón es nativo del sudeste de Asia. El pueblo árabe lo introdujo en Europa en el siglo XIII; Cristóbal Colón lo introdujo en América, donde comenzó a utilizarse como planta ornamental y medicinal. Luego, la conquista española trajo el limón al resto del "nuevo mundo".
El limón florece durante todo el año y sus variedades se clasifican según la época de maduración de sus frutos. Los limones tienen muchos usos en la cocina: se utilizan para aliñar, para cocinar alimentos o para hacer licores. Su aroma y su esencia se utilizan especialmente en la confitería y la pastelería.
Aunque ya se utilizaba como antídoto para venenos y como preventivo de epidemias, este fruto era muy valioso para los marineros del siglo XVIII, ya que lo utilizaban para combatir el escorbuto, una enfermedad causada por la falta de vitamina C.
Los limones, debido a su alto contenido en vitamina C y flavonoides, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico aumentando las defensas del cuerpo. También previenen enfermedades, especialmente de las vías respiratorias.
Las propiedades del limón son muy ricas en vitamina C: 100 ml de zumo de limón casero proporcionan el 62% de las necesidades diarias. Esta vitamina es esencial para el buen estado de los vasos sanguíneos y muy beneficiosos para la salud de los huesos, los dientes y la piel.
La vitamina C del limón promueve la formación de colágeno que contribuye al buen estado de la piel y los cartílagos, y a la buena cicatrización de las heridas. También favorece la absorción de hierro en el cuerpo.
También proporciona minerales - potasio, selenio, hierro y magnesio - en dosis significativas.
La vitamina C del limón se conserva en el jugo exprimido bastante bien durante varias horas a temperatura ambiente.
No debe exprimir el limón que acaba de sacar del refrigerador, porque obtendrá menos jugos y no será tan aromático.
Debe tomarse unas horas antes y, antes de exprimirlo, amasarlo con las manos. ¡Recibirá mucho más jugo! El exprimidor de limones es una excelente herramienta para lograrlo.
Es difícil imaginar cómo sería la gastronomía de buena parte del planeta sin la presencia de este cítrico en las recetas.
Además, el zumo de limón es muy práctico, porque evita que muchas frutas y verduras frescas se oxiden. Por ello, es ideal para condimentar cualquier plato con coles, verduras de hoja verde, aguacates, alcachofas o setas.
En cuanto a la cáscara de limón, puede utilizarse para dar sabor a caldos y sopas, o picarla muy fina y utilizarla en salteados, salsas y aderezos.
Empecemos a consumirlo !!
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